Empresarios taurinos planean invitar a diez legionarios a la primera corrida de toros en Barcelona tras la prohibición nacionalista.
Esto fue lo que Joan Tardá dijo en la comisión de Cultura del Congreso en febrero de 2012. "En Cataluña no habrá más toros a no ser que vengan con la legión". Su intervención se produjo un mes después de la entrada en vigor de la ley abolicionista catalana, momento en el que podía sacar pecho. Pero conviene detenerse en un matiz: el diputado de ERC no dijo que los toros no volverían a Cataluña a pesar de la legión, sino que no volverían a menos que lo hicieran de la mano de la legión.
Aclaración realizada, un año después de las palabras de Tardá un grupo de empresarios taurinos está empeñado en no llevarles la contraria. Una vez que la fiesta de los toros pase a ser competencia del Estado en mayo, los empresarios pretenden celebrar dos corridas en la Monumental de Barcelona para el mes de julio. Y lo harán a lo grande no sólo por los nombres de los toreros que se están barajando -José Tomás, El Juli, José María Manzanares o Morante de la Puebla- sino por la invitación a diez legionarios para presenciar las corridas.
Toneladas de ironía al margen, de producirse la vuelta de los toros a Cataluña no sólo Tardá quedaría en entredicho un año después de su premonición, sino también otros políticos como Chesús Yuste, de Izquierda Plural, que teorizó así sobre la tauromaquia: "Dudo mucho que la tauromaquia pueda tener la consideración de Bien Cultural, es como pretender que Auschwitz sea Patrimonio de la Humanidad". Va por ustedes: ¡A mí la legión!
Javier Torres
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