viernes, 30 de julio de 2010

A VUELTAS CON LA PROHIBICIÓN

 El pasado veintiocho de julio se prohibieron las corridas de toros en Cataluña. Desde entonces ríos de tinta se están extendiendo por toda España. Ha sido un mazazo para los pro y un revulsivo para los anti. Ciertamente esta historia es tan vieja como la tauromaquia misma. Siempre la misma dualidad: unas veces más acentuada en un lado y otras veces en el contrario, pero ciertamente siempre ha existido.

Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol, pero el matiz que barniza esta decisión no ha colado. Esta vez ha sido otra cosa la que ha inclinado la balanza: la política nacionalista, pura y dura, aderezada por un tonto útil -el PSC - así que ¿de qué hablamos? ..: de España versus Cataluña; de taurinos versus animalistas; de PSOE versus PP; de tripartito versus PP...
No merece la pena, todo ha sido un insulto a la inteligencia. Los políticos nos toman por idiotas, por masa amorfa fácilmente maleable.

Aunque parezca una incongruencia el cazador, en nuestra sociedad, defiende la Naturaleza y el torero también. Cuando un cazador mata el animal sufre -unas veces más que otras-, cuando un torero lo hace el toro sufre - unas veces más que otras-, lo mismo que un lobo con un cervatillo... Es la vida. Pero la muerte de un toro en la plaza está asegurando el bienestar de su especie en la dehesa -de la vaca y su ternero, del semental, de los cabestros y de lo más importante, de muchas personas que viven  y ganan su salario gracias a ese sacrificio.

Si queremos hablar de otros valores también lo podemos hacer. Una rata de laboratorio sufre y sufre indeciblemente con todas las manipulaciones que tienen que padecer a manos de los científicos. Nadie niega ese valor a ese animal. Gracias a su sufrimiento la ciencia avanza y los seres humanos nos beneficiamos de ello. Es un dolor supeditado a un bien superior .  El cerdo sufre con su estabulación y en el matadero, pero lo supeditamos, su sufrimiento, a un bien superior que es el de alimentar al ser humano.El toro sufre en la plaza -sobre el grado hay discusiones fundamentadas y controvertidas-, pero lo hace en aras a un valor superior: el arte.-se podría llevar al matadero y no se haría revuelo alguno-. El aficionado no es un sádico sediento de sangre y dolor. El aficionado va a ver una composición efímera que sólo quedará en su retina y que raya lo increíble: transformar la fuerza bruta en un baile lleno de belleza, de sabiduría, de poderío..., es algo que se consigue de tarde en tarde, pero que merece la pena. El torero se erige en ser superior y crea instantaneas bellísimas delante mismo de unos pitones que le pueden arrebatar su vida. El aficionado no va a ver morir a un animal como fin último, no va a ver una tortura, no se complace en ello, aunque sabe que se le está dando a un animal. Eso comprendo que no lo entienda mucha gente y que ante su incomprensión sólo vea sangre, desgarros y sufrimientos. Es la expresión de su incapacidad para captar, en lo más duro de la vida - la lucha con la muerte- la belleza del ser humano.

Ahora  la intolerancia se hace acérrima y prohibe. No busca ni tan siquiera una evolución. No pide que se evolucione porque están fuera - el toro, la dehesa, la raza brava, los encastes, la gente del toro le importan un bledo-. Sólo está su idea su sensiblería disneyniana y su alma hitleriana: esto no me gusta se prohibe y  ya está.  Casos tenemos en estos últimos tiempos: gente que no cree, pero que todo su afán es legislar a los que creen, incluso ser sus nuevos obispos y papas para decirles lo que tienen que hacer, como tienen que adorar... Gente que no cree en la familia, ni forman ninguna, pero que les dicen a los que la tienen como lo tienen que hacer. Lo mismo pasa con los toros. Bien se lamenta Curro Romero cuando dice: volvemos a la dictadura.

Hasta ahora, la gente del toro, a la que se acusa de asesina, sádica, inculta, bruta y otras lindezas ha dado muestras y ejemplo de civismo. Siempre he oído que comprenden a los que no les gusta, pero que si no quieren ir que no vayan. Yo te respeto y tú me respetas: parece lógico ¿no? Pues nada, predicar en el desierto. Pero sí hay que decir que es un coso taurino donde se practica la democracia. El pueblo valora la faena, se consulta al pueblo que premio se quiere, se expresa el agrado y el disgusto de forma civilizada..., y si no que le pregunten a cualquier torero que ha matado mal o ha hecho un desaguisado con la espada que le responde el pueblo aficionado.

No, amigos antitaurinos, no tenéis ni idea de lo que es la fiesta taurina y es una lástima que después vayáis imponiendo vuestras equivocadas opiniones y denigrando a los que no las comparten. Me gustaría que amaseis más la Fiesta de los toros y que en lugar de su prohibición pidieseis su evolución. Seguro que estaríamos todos en otra tesitura y si lo que queréis es prohibir seguid con la caza, la pesca, las carreras de caballos, de trineos, los circos, los zoos, los acuarios, la cría de la oca, la utilización de animales para carros que transportan turistas y hagamos de esta Tierra el paraíso que todos queremos: el hombre y la mujer sentados y los animalitos libres por la Naturaleza eso sí hacedlos a todos vegetarianos porque así evitareis el dolor ..., y todos en coro podremos gritar: ¡Triufaron los animales!


A los animales,a las plantas al entorno hay que protegerlos, pero por encima está el ser humano que sí es sujeto de derechos y deberes. El ser humano debe dar pasos hacia una compasión mayor hacia los animales, pero sin caer en la idolotría de dotarlos de un alma y unos sentimientos que no poseen. Los animales están al servicio del ser humano y él le ha de responder con agradecimiento en los casos en los que se les pide su sacrificio, reconociéndoles sus méritos y mitigando, en lo posible, su sufrir. En eso están muchos de los profesionales del toro que: han quitado banderillas de fuego, han suprimido las puyas sin cruceta o de bombilla, han buscado una banderilla que quiebre al ponerse y que no haga el efecto de perforadora, han reducido el tercio de varas, han buscado unos cajones adecuados para su transporte..., por tanto se va evolucionando.  Yo estoy seguro que entre los animalistas hay personas que son capaces de decir como se sacrifica a ese animal o como se le reduce vigor y que no sea a besos. Así quitaríamos la tortura que tanto les molesta - mas dudo que si se consiguiese seguirían pidiendo la abolición pues lo que les molesta es ver que hay gente que capta otros valores como lo hicieron Picasso, Lorca etc y ellos son incapaces de llegar ahí-. Pero dejar a miles de personas en la calle, sin trabajo, porque les molesta..., eso sí es una tortura. Lo mismo nos encontramos con otra ILP en los parlamentos que nos obligue, a todos, a ser vegetarianos y seguro que saldría aprobada porque memas señorías hay para dar y tomar.Así se podría comprender mejor la sonrisa del fenómeno cordobés y del catalán universal que renglones más arriba tenemos. O señorías que, convencidos, dejan un mundo mejor a sus hijos, mientras otros son condenados a dejarle otro mundo peor a los suyos porque no tienen con que ganarse la vida ni pueden ejercer con lo que le gusta. A no ser que capten que lo mejor es sentarse en un escaño.
También los taurinos se tendrían que dar cuenta de lo mal que lo han hecho. Los profesionales hace veinte años o más, cegados por el brillo de los beneficios televisivos cerraron la puerta a la renovación natural. Así que los jóvenes se quedaron sin ver a la figuras, a las corridas de relumbrón y empezaron a conformarse con espectáculos menores que nada les decían. Pusieron las piedras para un edificio que hoy falla por la base y que si los antitaurinos no hubieran forzado hubiese terminado por perecer porque la renovación no existía en la cantidad adecuada por abajo. Trasladar esto mismo al fútbol  y veréis como funciona de otra forma. 
Ahora cuando salen las figuras con gestos cariacontecidos y ellos son los primeros en negarse a hacer afición, a acercarse al joven, al niño y hacerles soñar sólo me produce más tristeza. Cuando en los pueblos no se fomenta el acceso a la plaza de la juventud, sino de los ¡jubilados!, cuando los ganaderos y empresarios se niegan a exponer el ganado, cuando los toreros salen corriendo después de la corrida y no se esfuerzan en acercarse a los muchachos y muchachas que quieren estar cerca de ellos ¿què esperáis?, cuando las corridas televisadas son siempre de los mismos -ole por ellos que sí han comprendido el problema- ¿qué esperáis?
Los toreros, empresarios y ganaderos de ahora son los que tienen que hacer más sacrificios si quieren un futuro, de lo contrario no tarderemos en lamentarnos con otro episodio como el que nos ocupa.

Si es así, pues nada, sea: ¡Va por ustedes!

 .

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Temas sugeridos

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...