Qué trágico destino eleva al diestro
cubriéndolo de gloria y laurel
y al toro que bebió la hiel
de una muerte de acero
dada por un burlador asesino,
lo abaja hasta dejarlo en el olvido
de un recuerdo de lances robados
a fuerza de mil engaños sostenidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario