Álex N. Lachhein lleva trabajando toda su vida con animales. Empezó justo después de la muerte en accidente de Félix Rodríguez de la Fuente,
al que llegó a conocer en una ocasión. Fue uno de tantos jóvenes
españoles que se acercaron a la fauna y la flora ibéricas fascinados por
la figura de Félix. Le ocurrió igual a su amigo Iker Jiménez,
con el que ha compartido plató en numerosas ocasiones y al que le une
cierto quijotismo contra los tiempos que corren. Álex Lachhein empezó en
el Safari Madrid y desde aquellos primeros ochenta
lleva dedicándose a la divulgación de la naturaleza, una vocación que
compagina con clases de anatomía artística que imparte en una academia
madrileña.
- ¿Por qué es más importante la vida de un hombre que la de un animal?
Porque
si no fuera así se socavarían los cimientos de nuestra cultura.
Nosotros somos la especie dominante, estamos en la cúspide de la cadena
atrófica. Nosotros nos dotamos de conciencia de yo, de leyes y de
derechos.
- Ya, pero hay animales que tienen conciencia de sí mismos.
-
No, el animal funciona por instinto. Todavía no ha salido nadie que
demuestre que los animales tienen conciencia de sí mismos. Es cierto que
hay simios, muy cercanos a nosotros, con unas bases cognitivas muy
fuertes y que podrían tener conciencia de sí mismos, pero no tienen
sentido de la moralidad, de lo ético, de la legalidad…
- ¿… y eso es suficiente para valorar menos la vida de un animal que la de un ser humano?
Si
no fuera así la especie humana estaría suicidándose. Si alguien dijera
que vale más la vida de un cangrejo que la de un ser humano…
- … no que vale más, que valen lo mismo. El discurso que poco a poco va implantándose es que valen lo mismo.
No, no y no. Si se ponen al mismo nivel nuestra sociedad se derrumba.
- ¿Pero por qué?
Porque
hemos basado nuestra sociedad en el uso y manejo de los animales de la
Tierra. Desde el inicio de los tiempos éramos cazadores. El mono, que al
principio era frugívoro -que se alimenta de frutos- se tuvo
que poner de pie para poder ver por encima de la maleza. Siempre que uno
crea en “La Teoría de la Sabana”, claro, que es la más aceptada hoy en
día. Y para ponerse de pie, ese mono tuvo que reducir su tracto
digestivo y hacer unos intestinos más cortos que pudieran digerir carne.
Bajando el centro de gravedad el animal se pudo poner de pie y ver por
encima de la maleza, con lo cual libera las manos, que luego serán
herramientas de precisión.
- Continúa, por favor.
Este
mono, por mucho que el sector animalista y ultravegetariano lo niegue,
tiene un tracto digestivo carnívoro. De hecho, los homínidos, que eran
estrictamente herbívoros, se extinguieron. Los parántropos se
extinguieron. Sólo sobrevivieron los carroñeros y los carnívoros. Y de
esa línea salimos nosotros. El hombre no ha hecho otra cosa que cazar
animales para poder subsistir. Y ese cerebro de 300 centímetros cúbicos
que tenía el australopitecos pudo crecer, por mucho que lo nieguen los
animalistas, gracias a la proteína animal. El cerebro humano de hoy
tiene 1.450 centímetros cúbicos y demanda una cantidad enorme de energía
que no puede satisfacer sólo con vegetales. Además, los humanos de hoy
no pueden vivir sin ciertos elementos que proceden directamente de la
proteína animal, por ejemplo vitaminas como la B12 o aminoácidos como la
leucina o la isoleucina. Y esto es muy difícil de encontrar fuera de la
carne.
- De manera que somos por naturaleza carnívoros.
Así
es. De hecho la faz del ser humano tiene una visión frontalizada, de
cazador. Como el lince, como el búho, como el águila. Los animales que
no son carnívoros, que no son depredadores tienen los ojos laterales,
para poder ver a los lados y tener una mayor visión del dónde le viene
la amenaza. En definitiva, nosotros somos la especie dominante en el
planeta. Es cierto que tenemos la obligación de cuidar de nosotros
mismos y también de cuidar del resto de criaturas del planeta. Y tenemos
esa obligación precisamente por ser los dominantes. Repito, somos
nosotros los que tenemos la obligación de cuidar a los animales, no los
animales los que tienen unos derechos sobre nosotros.
- Entonces los animales no tienen derechos.
No,
no tienen derechos, lo que tienen los humanos es la obligación de velar
por el bienestar de ese animal, que es muy diferente. El planeta
funciona como funciona, el pez grande se come al chico. Es decir, la
transformación de la energía es la que es. Nos guste o no nos guste, el
planeta funciona así. El ser humano usa el medio, lo que tenemos es la
obligación de no abusar de él. Pero tenemos que usar el medio.
("Amigos, no comida". Cartel vegano)
-
Pasemos a la alimentación, causa y a la vez consecuencia de la teoría
animalista. Empieza a hacerse fuerte un relato según el cual la carne y
el pescado son prescindibles y se pueden sustituir por otros alimentos
sin necesidad de “asesinar” a un animal. ¿El hombre puede acabar, por
este tipo de presiones culturales, siendo vegetariano? Y de ser así,
¿podría sobrevivir?
Necesitamos la proteína animal. Si a
un niño no lo alimentas con proteína animal, enferma. Uno cuando cumple
la mayoría de edad, su cuerpo esta formado, sus huesos calcificados y el
cerebro en perfecto estado de revista, entonces puede tomar las
decisiones de alimentación que le de la gana a uno. Y si se quiere
suicidar se puede suicidar, pero lo cierto es que un niño necesita la
proteína animal para poder desarrollarse. Esto es así, enarbolen los
estudios que enarbolen, que hay estudios comprados hasta en la OMS. Aquí
todo se mueve por dinero, todo es un negocio. Estos postulados que
dicen que nosotros podríamos vivir sólo de vegetales son completamente
falsos. ¿De dónde vas a sacar tú la vitamina b12, que sólo está en la
proteína animal?
- ¿Exclusivamente en la proteína animal?
Exclusivamente. Y es esencial para la vida.
- ¿El animalismo deriva necesariamente en veganísmo?, ¿es el proceso natural? En su día entrevisté a la presidenta de PACMA y me confesó que en su ejecutiva nacional no había un sólo miembro que comiera carne.
La
realidad es que al menos el 50% de los animalistas son veganos. Lo que
ocurre es que no todos aguantan y algunos vuelven a la dieta omnívora. Y
otros, yo no sé si bajo cuerda, se alimentarán de otras cosas. Dicen
que son veganos; no lo sé. Lo cierto es que no pueden mantener el
ideario animalista sin ser ellos mismo fieles al evangelio.
- ¿Cómo se pasa del ecologismo al animalismo?, ¿cuál es el proceso?
La
ecología nace en el campo, es una ciencia, nace de gente como la
bióloga Rachel Carlson, autora de 'Primavera Silenciosa', de gente como
el guardabosques Aldo Leopold, que sentó las bases de la sostenibilidad
medioambiental. O de Paul Ehrlich. Un ecólogo es una persona formada que
estudia el campo y estudia las cadenas tróficas y su preservación para
que no entren en conflicto con las actividades humanas. Es alguien
inocente. Su trabajo no puede ser utilizado como ariete ideológico,
porque la ciencia sólo puede ser refutada por la propia ciencia. Luego,
tomando estas ideas, nace el movimiento ecologista, que es un movimiento
político, no científico.
- ¿Cuándo empiezan a organizarse?
El
movimiento conservacionista nace en el año 1961 de la mano del príncipe
Bernhard de Holanda, que crea el WWF y ya tiene algunos tintes
políticos. Sería muy largo explicar el listado de gente importantísima
que hay ahí, de dónde proceden y quién les financia, que es ni más ni
menos que la Royal Dutch Shell, una multinacional petrolera holandesa.
Esto te da una idea de por dónde van los tiros. Y de ahí en el 68 nace
el club de Roma y otras instituciones ligadas a WWF; en España nace
ADENA de mano del Rey. Luego aparecen Greenpeace, que ya están por
completo politizados. Son unos niños de papá, de Holanda, de
Escandinavia... Patrocinados también por otra multinacional petrolera:
la Standar Oil Company. A nadie se le escapa que la industria petrolera
es de las más contaminantes del planeta Tierra. Es toda una lavada de
cara. Y otros para vivir muy bien de las subvenciones y los patrocinios,
porque se vive muy bien sin dar palo al agua. Y esto sigue creciendo en
Europa.
- En el caso español particular, el naturalismo estaba representado por Félix Rodríguez de la Fuente.
En
España la figura de Félix empezó a despertar odios y envidias, se le
señaló como un residuo del antiguo régimen, amigo de jefes de Estado, de
la aristocracia, de la nobleza, con un poder infinito en los medios...
pudo incluso llegar a ser presidente del Gobierno. Todos querían
quitárselo de en medio porque con él no iban poder abordar ese poder
político que anhelaban y que Franco les bloqueaba. El caso es que ya en
vida se enfrentan a Félix. Logran, mediante presiones, una vez muerto el
dictador, que TVE cierre el grifo de su serie ibérica del programa “El
Hombre y la Tierra”. Consiguieron dejar a todo aquél equipo de
naturalistas en la calle. Le acusaron de fraude científico, de maltrato
de animales, presionaron al Ministerio de Agricultura para que dejara de
alquilar los terrenos de la Cárcava de Pelegrina, donde se rodaba la
serie y que era el plató natural en Guadalajara. El ICONA salió diciendo
que tenía otras partidas presupuestarias de atender.
- Le acusaron incuso de farsante.
Félix,
es cierto, trabajaba con animales adiestrados, porque hay escenas que
sencillamente no se pueden rodar si no se provocan ante una cámara, el
nunca lo negó. Le acusaron de fraude científico, de maltrato de animales
y de mil cosas más. Todo en vida. Cuando Félix monta el primer
espectáculo de animales en acción en la reserva del rincón Safari Park
de Madrid, en el año 1978, los ecologistas vuelven a cargar contra él
acusándole incluso de contrabando de animales. Intentan cerrarle la
actividad. Es una persecución constante porque entre otras cosas los
ecologistas no perdonan que fuera, hasta el día de su muerte, cazador y,
sobre todo, que resucitara el arte de la cetrería, un arte medieval que
consiste en cazar mediante la colaboración de aves rapaces adiestradas.
Aquello fue una constante persecución para acabar con su legado. Estaba
en el punto de mira del ecologismo. Hoy, sin embargo, se vanaglorian de
su imagen y lo llevan en las pancartas. Los que le apuñalaron en vida,
algunos de sus más cercanos colaboradores, siguen vivos a día de hoy.
(Félix Rodríguez de la fuente, llamado "el amigo de los animales")
- ¿Cómo pasamos de ese movimiento a lo que tenemos hoy?
En
aquella época no existía el animalismo tal y como lo conocemos hoy.
Existían ecologistas y su auge coincidió con la caída del comunismo.
Desde la Alemania oriental se adoctrinó a los ecologistas españoles y se
mandaron sujetos a nuestro país para tal función. Este es el caso
concreto de un supuesto conde húngaro, llamado Imre de Boroviczény, que
firmaba como Johannes Von Klaibourg. No existían las revistas Natura y
Quercus. Él escribía en la revista Trofeo, una revista de caza. Se decía
escapado del comunismo, que le había quitado todo pero escribía siempre
sus artículos medioambientales alabando las políticas de conservación
de la naturaleza de los países del Este, a él, repito, que el comunismo
se lo había quitado todo, y criticando ferozmente las occidentales. En
concreto la española. Qué curioso que alguien que ha sido masacrado y
vilipendiado por el comunismo alabe sus políticas, ¿no? Este señor
participó en la creación de toda una serie de movimientos y partidos
ecologistas de aquella época (finales de los 70), entre ellos la
todopoderosa CODA, la coordinadora para la defensa de las aves. Ahí está
su firma, en el acta fundacional como en otras tantas instituciones.
Era ya mayor, hoy está muerto.
- Luego, tengo entendido, otro le tomó el relevo.
Cuando
murió, la Stasi nos mandó de la Alemania Oriental a otro sujeto de
exótico nombre, de no más de cincuenta kilos de peso pero con una
tonelada de mala leche, que aún sigue vivo a día de hoy regentando
varias organizaciones ecologistas. Si tú buscas en Internet no aparece
ni su lugar de nacimiento, ni quienes son sus padres, ni la edad que
tiene ni nada de nada. Es un paracaídas puesto en nuestra sociedad para
continuar los postulados de Johannes Von Klaibourg. ¿Y por qué es esto?
Porque cuando al principio del siglo XX los marxistas pensaban que su
revolución iba a cuajar en todo el mundo, se dieron cuenta que había
países en los que no cuajaba su revolución. Países como Hungría, como
Alemania. Y tuvo que salir un filósofo italiano, que fue político y
presidente del Partido Comunista de Italia, Antonio Gramsci, el que
descubriera que los obreros no tenían conciencia de clase porque estaban
inmersos en la cultura occidental. Así las cosas, para que la
revolución cuajara, ésta no tenía que hacerse en el plano económico sino
en el plano cultural, extirpando al obrero sus raíces culturales. A
esto se le llamó marxismo cultural. Proviene de la Teoría Crítica que
instauró la nefasta Escuela de Frankfurt, fundada en ideas de Marx y
también de Freud. Pues bien, este marxismo cultural se ha ido instalando
en todos los países, es el movimiento de la corrección política. Hoy,
todos los países occidentales, que no han pasado por el marxismo
económico, son marxistas culturales. Y he aquí la base del movimiento
ecologista, que en España propugnaba cosas como que había que acabar con
los medios de transporte, que todos teníamos que ir en bicicleta y
cosas así.
- La articulación política de estos
movimientos. En Holanda tienen representación, en Alemania también, en
Austria acaba de ganar las elecciones un partido ecologista... en España
parece que vamos con algo de retraso respecto de esta tendencia, ¿esto
es así?
No sabría decir si vamos con retraso o con
adelanto, porque para lo malo siempre vamos por delante. PACMA ha sacado
como 238.000 votos en las últimas elecciones. No han tenido
representación parlamentaria porque han sido votos muy diseminados por
todo el país, si hubieran sido por una sola circunscripción tendrían un
diputado y tendríamos que echarnos a temblar. Los ecologistas son, a día
de hoy, políticos, no científicos, que como cualquier político lo que
buscan es, a día de hoy, vivir de la naturaleza cobrando del erario
público y legislando a su antojo para que sean sólo ellos los que vivan
de la naturaleza y que tú no lo puedas hacer.
- ¿Por qué tendríamos que echarnos a temblar si PACMA tuviera éxito?
Un
partido que tiene casi un 90% de medidas dedicadas a defender el
supuesto derecho animal y sólo un 10% de medidas dedicadas a los seres
humanos… ¿¡cómo puede gobernar un partido así a cuarenta y siete
millones de españoles humanos?! Estos señores se dedican a vivir en un
mundo de fantasía. Son la generación Disney que ha crecido y que hoy en
día han hecho un partidito político.
- Hablas de Disney, ¿cómo han influido las industrias culturales en la humanización de los animales?
Todos
los niños que fueron culturalmente aleccionados por nuestros medios de
comunicación actuales en base al universo Disney. Pongamos el caso de
“El Rey León”. Bueno, pues un león no puede ser amigo de un jabalí. Yo
acabo de venir de África de estudiar a tres manadas de leones en el Mara
norte y el Mara central y he visto matar a tres jabalíes verrugosos a
menos de un metro de mi. Nada que ver con la imagen Disney, donde los
animales son muy buenos y amigos entre ellos.
El animalista desearía que el planeta no funcionara como funciona mediante transmisiones y transformaciones de energía, mediante pirámides ecológicas. El animalista desearía que el león se hiciera vegetariano. ¡Pero si hay animalistas que le dan pienso vegano a sus perros! ¡A un carnívoro! ¡Alimentan a perros y gatos con piensos veganos! Que yo no sé de quién es la culpa, si del que fabrica los piensos o del propio dueño del animal. Tío, si no te gustan los carnívoros ten un conejo.
El animalista desearía que el planeta no funcionara como funciona mediante transmisiones y transformaciones de energía, mediante pirámides ecológicas. El animalista desearía que el león se hiciera vegetariano. ¡Pero si hay animalistas que le dan pienso vegano a sus perros! ¡A un carnívoro! ¡Alimentan a perros y gatos con piensos veganos! Que yo no sé de quién es la culpa, si del que fabrica los piensos o del propio dueño del animal. Tío, si no te gustan los carnívoros ten un conejo.
-
El relato animalista victimiza a los animales y dibuja a un ser humano
malvado y explotador… volvemos a la raíz política del asunto. Esto bebe
de una corriente política muy determinada.
El animalismo
es marxismo cultural, y como tal propugna una beligerancia contra el ser
humano y un victimismo de los animales. Establecen un conflicto entre
el ser humano y el resto de especies de la Tierra. Y hablo del
animalista profesional, ojo. Porque hay miles y miles de personas, gente
de buen corazón que ha encontrado a un gato o a un perro abandonado y
lo ha llevado a su casa, o que dirigen un refugio… en fin. Ellos creen
que son animalistas y lo que son es sencillamente buenas personas. Y se
sienten ofendidas cuando me ven a mi, por ejemplo, echar dardos contra
el animalismo. El animalista es un profesional que en principio, al
contrario que el ecologista, no buscaba vivir de la política, pero como
es tan fanático busca imponer su criterio al resto de la Humanidad de
manera unilateral. De manera que no les queda más remedio que utilizar
la política.
(Imagen panorámica de una dehesa)
- ¿Cómo se llevan los animalistas con los ecologistas? Hay mucha gente que confunde los movimientos.
Los
animalistas y los ecologistas son como el agua y el aceite… un
conservacionista no puede beber de los postulados animalistas porque el
conservacionista lo que busca es la preservación de los ecosistemas de
nuestro planeta, pero tal como es, con vida y muerte. El animalista no,
el animalista sufre cuando un depredador atrapa a una presa. Ellos
establecen que existe dolor. Porque ellos ponen el límite en el dolor,
que es una locura.
- Tú apuntas teorías que dicen que algunos vegetales también podrían sentir dolor.
Sí,
los vegetales no tienen sistema nervioso, pero hay estudios según los
cuales los vegetales reaccionan y tienen miedo a determinadas pautas de
depredación.
- Si eso fuera así, ¿qué acabaríamos comiendo?
¡Piedras!
Mira, el olor a césped recién cortado que impregna toda una pradera,
ese olor es la señal química que ese césped manda a otros céspedes
vecinos avisándoles de que les van a cortar. No hay sistema nervioso,
pero se defienden, sufren, tienen temores. Esto está comprobado
científicamente. No sabemos qué, pero algo hay en algunas especies
vegetales.
- Últimamente se escucha mucho la palabra especismo, ¿qué significa?
El
especista es cualquier persona que les lleve la contraria a ellos.
Resulta que para ellos todas las especies valen por igual. El ser humano
y todas las especies animales del planeta son igual de valiosas. Que
todas están en el mismo estrato de derechos, que todos tienen derecho a
la vida, todos tienen sistema nervioso y por tanto pueden sentir dolor. Y
siendo esto así, el especista es el que considera que su especie está
por encima del resto de especies, de la misma forma que el racista cree
que su raza está por encima de otras razas. Lo tienen muy bien
estudiado. Por ejemplo, ellos hablan siempre de animales no humanos. Animales no humanos,
¿pero de qué me estás hablando? (se indigna) Está el hombre, y están el
resto de animales. La prostitución del lenguaje está muy bien
estudiada. No hablan de crías o cachorros, hablan de bebés. El objetivo
es que el lenguaje que llegue a la ciudadanía urbana sea lo más
lacrimógeno posible. Las hembras no se preñan, se embarazan; los
animales no son capturados o cazados, son a-se-si-na-dos. La
prostitución léxica es tremenda... tremenda. Y la ciudadanía, ignorante
de muchas de estas cosas, se traga todo lo que le echan.
- ¿Adónde podemos llegar?, ¿crees que la gente es consciente del peligro que supone el animalismo?
La
mayoría de la gente de las ciudades, porque la gente del campo sabe muy
bien el terreno que pisa, se traga el discurso. ¿Por qué? Porque esta
gente va arropada con un manto ideológico de libertad, de buenos
sentimientos, de altruismo...
- El animalismo va ganando adeptos.
Vamos
a un enfrentamiento social. La sociedad está bipolarizada. El campo
está por un lado y los núcleos urbanos por otro. Ellos hacen campaña en
las ciudades. Se pasan el día evangelizando desde los medios. Sobre todo
desde los medios progresistas. Todas las semanas sale un articulito, en
cualquier cabecera nacional de gran tirada, hablando de los malos que
son los zoos, los toros, la caza, los circos o lo buena que es la dieta
vegana. Y al final la gente vota a estos partidos, que son una bomba de
relojería.
- ¿El PACMA es una bomba de relojería?
El
PACMA es una bomba absoluta de relojería, lo que pasa es que la gente
no tiene conciencia de ello. Dicen que defiende los derechos de los que
no pueden defenderse… Porque claro, si a ti te dicen “firma contra el
maltrato animal”, ¿tú qué haces? Firmas. Pero claro, dentro de la
palabra maltrato hay un montón de matices.
- ¿Y qué es el maltrato?
Pues
parece que los únicos dotados de legitimidad para juzgar qué es el
maltrato son ellos. ¡Gente que no tiene ni idea! Por ejemplo: un perro
lazarillo está considerado un animal maltratado. Dicen que el perro guía
de un ciego es un animal esclavo que vive toda la vida para servir a un
ser humano y no puede correr ni relacionarse con otros perros. En
definitiva, no tiene vida canina y es un esclavo. Y montar a caballo
tres cuartos de lo mismo: las riendas de un caballo son maltrato.
Maltrato también es tener un pez en tu casa y un montón de cosas más.
Curiosamente no les parece maltrato tener un perro en un apartamento de
20m2. Eso no les parece maltrato.
- ¿Cómo se financian estos movimientos?
Todos
estos movimientos animalistas, lo que la gente no sabe, es que están
financiados, por un lado por fabricantes de alimentos para mascotas, y
por otro por lobbies internacionales de producción de fruta y verdura
que subvencionan a los movimientos veganos.
- Cambio de tercio, y nunca mejor empleada la expresión: ¿qué opinión tienes sobre los toros?
Verás,
yo siempre he sido antitaurino, siempre he estado en contra de la
Fiesta Nacional, pero te tengo que confesar que cada día estoy más a
favor. Cuantas más tonterías oigo por parte de estos sujetos, más a
favor estoy de la Tauromaquia. Yo soy antitaurino por definición. Soy
naturalista, no puedo estar a favor de un espectáculo de tortura,
evidentemente. Pero por encima de mi opinión personal, que no es
relevante, yo lo que soy es respetuoso. Yo considero, por un lado, que
la Fiesta Nacional es de todos los españoles, y que serán todos los
españoles los que decidan, mediante su asistencia a las plazas, si la
Fiesta Nacional vive o muere. Y morirá por falta de público, pero no
porque cuatro mindundis digan que hay que prohibirla.
- Uno de los argumentos habituales de los taurófilos es la preservación del toro de lidia.
El
problema no es, como dicen muchos, si el toro se extingue o no se
extingue. Si se extingue no pasa nada. El toro de lidia no es una
especie, ni una subespecie, ni una raza: es un encaste. Es decir,
científicamente una vaca holstein o vaca lechera y un toro de lidia son
el mismo animal: Bos taurus. Exactamente el mismo animal. Que descienden
de Uro, del bos primigenius taurus, animal que se extinguió. Si se
extingue un pastor alemán o un boxer, no pasa absolutamente nada: están
creados por el hombre. Si se extingue el lobo, que es el animal del que
proceden todas las razas caninas, hay una hecatombe ecológica. De manera
que el toro de lidia, si desapareciera la Fiesta, evidentemente se
extinguiría. ¿Para qué un ganadero iba a mantener una res durante más de
cinco años, manteniéndola a cuerpo de rey en las dehesas para que nadie
se la compre?
- La dehesa, todo un universo en sí mismo.
Exacto.
Aquí llegamos al punto que los ecologistas conocen, por eso nunca
atacan a la Fiesta Nacional. Y es que nosotros tenemos en España un
ecosistema heredado de los romanos llamado dehesa. La dehesa es un monte
despejado de monte bajo formado por encinas, por alcornoques y que está
limpio. En ese monte viven multitud de comunidades zoológicas, viven
multitud de ecosistemas, no lo hay en ninguna otra parte del mundo, sólo
en España, y se sostiene gracias a varios pilares: la oliva, el cerdo
pata negra, el ganado trashumante y el toro de lidia. Las dehesas
albergan algunas de nuestras especies más emblemáticas como el lince
Ibérico o el águila Imperial. Especies que buscan refugio en esos
reductos de monte. Porque las fincas de ganado bravo son auténticos
vergeles, auténticos paraísos. Allí, para preservar el entorno, ni
siquiera se maneja a los animales con vehículos, se los maneja a
caballo, tal es la pureza de las dehesas. Es una joya nacional que
tenemos que preservar.
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