martes, 7 de febrero de 2017

EL IMPACTO ECOLÓGICO DE LAS MASCOTAS

Un perro consume más recursos naturales que un todo terreno Toyota Land Cruiser que recorra 10.000 kilómetros anuales. Un gato tiene el mismo impacto en el medio ambiente que un Volkswagen Golf. Esta es una de las conclusiones extraídas de estudios científicos que alarman del impacto medioambiental negativo de las mascotas. Con la denominada ‘huella ecológica’ como referencia científica (recursos naturales necesarios para la existencia de un ser o asumir el impacto de una acción: la vida de un animal, un hombre o el uso de coche) los analistas medioambientales partidarios de un planeta sostenible y en equilibrio han lanzado la voz de alarma sobre las mascotas. Alimentar a un perro mediano equivale a utilizar 0,85 hectáreas del planeta. Para alimentar a un etíope, empleamos 0,65 hectáreas. Para un vietnamita 0,76 hectáreas.

Las cifras generan dos cuestiones desconocidas o silenciadas a la opinión pública. Una de ellas, el impacto negativo medioambiental de las mascotas en el mundo con un alarmante coste de recursos naturales. Y, otra, una cuestión ética que deja al ser humano en situación de indefensión y de precariedad respecto a las mascotas, que ya hemos situado en un lugar superior de prioridad alimentaria, sanitaria y de ocio.

Un perro mediano consume al día, mínimo, 90 gramos de carne y 156 de cereales en una ración de 300 gramos de pienso que fabrican las multinacionales de las mascotas. Pero estamos hablando de elementos naturales procesados, que equivalen, antes de esa ‘fabricación’, a unos 450 gramos de carne fresca y 260 gramos de cereales. En un año, un perro mediano consume 164 kilos de carne y 95 kilos de cereales. Siete millones de seres humanos murieron en 2015 a causa de una alimentación escasa. Unos 400 millones de seres humanos se alimentan con 65% de los alimentos servidos a las mascotas perro de una ciudad.

En Europa existen 75 millones de perros censados. Siguiendo la proporción de costes medioambientales descritos, podemos afirmar que este continente tiene un país mas llamado Mascotalandia, con una superficie superior a la de España (unos 50 millones de hectáreas) y próximo a los 70 millones de hectáreas, que son el terreno del planeta empleado sólo para la alimentación de perros mascotas. No se añaden los  millones de gatos y de otras especies. Recordemos que el impacto medioambiental de un gato, es de 0,15 hectáreas al año.

Los científicos alarman de esta situación que se multiplica cada año. El mundo no sólo no debate estas cuestiones, sino que camina hacia la prohibición de espacios y recursos de equilibrio sostenido (dehesa, espacios de caza y pesca) muy regulados y sostenedores de gran parte de nuestro medio ambiente. El animalismo, punta de lanza social y de marketing del mercado de las mascotas (mascotismo) se revela como el gran enemigo de la ecología y de la ciencia medioambiental del planeta. Eso sin entrar en el debate moral en el que este medio ha insistido: priorizar la vida y el bienestar de un ser mascota frente a un ser humano.

En España hay censados cerca de seis millones de perros mascotas. Teniendo en cuenta que, al menos una vez al día se usan bolsas de plástico, la mayor de las veces de polietileno, hablamos de seis millones bolsas no reciclables (tardan una media de 150 años en descomponerse) diarias que van a nuestros vertederos con un impacto medioambiental sin precedentes, agravado por la mezcla de elementos compatibles como heces y plásticos. Aún no está analizado el impacto del orín indiscriminado de seis millones de perros al día. Los científicos aluden que el número reales de perros, censados más no censados, podría ser el doble.

Estos datos no son los únicos negativos y agresores del mercado mundial de las mascotas. 

La asociación suiza medioambiental y ecológica Pro Natura, ha denunciado que, un país como Australia, en un mes, gatos domésticos elimina a más de 350.000 pájaros, 400.000 insectos, 50.000 ranas y que están exterminando al lagarto de arena. Denuncian que las mascotas del mundo eliminan cada año a 75 millones de animales endémicos, según conclusiones de XII Congreso Internacional de la Fauna Silvestre en Suramérica, celebrado en Quito (Ecuador).  

Estos datos matemáticos de consumo e impacto ambiental se basan en los estudios científicos que repercuten metros cuadrados del planeta usados para la producción, mantenimiento o costo de recursos naturales, para producir un kilo de carne o de cereales. 

También para la ‘absorción’ de un impacto negativo, como las emisiones nocivas de un coche. Lo que el cuidado desconoce que el equilibrio sostenible de este planeta pasa por esta máxima: la tierra no crece en hectáreas, mientras que hemos decidido aumentar la población del ser llamado mascota en un 35% los últimos 15 años.
* Datos recogidos de investigaciones de informes de Ecoavant, Veoverde, Greenpeace, Pronatura, y medios de comunicación de Suiza, Australia, México e India.

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