Famélico, enfermo, escalando pendientes, apuntillado con banderillas, moribundo... El toro de lidia sigue siendo el icono de España. Lo fue de la España exitosa y lo es de la España en crisis. Un estudio del Real Instituto Elcano para el Observatorio de la Marca España recoge cómo la prensa internacional se ha valido de esta imagen para acompañar sus informaciones sobre los problemas de la economía española.
Una de las portadas más sonadas fue la publicada por el semanario británico «The Economist», muy influyente en los círculos financieros. El toro aparece con unas banderillas y sobre él palabra «Spain» (España). Lo más llamativo es que la letra «S» aparece a punto de golpear la cabeza del animal, dejando visible el resto: «pain» (dolor).
Esta portada, publicada a finales de julio, vino en una época en la que las informaciones publicadas en la prensa internacional eran especialmente críticas con España. Según explicó a este diario Javier Noya, investigador principal de Imagen Exterior de España y Opinión Pública del Real Instituto Elcano, «los ataques provinieron siempre de los mismos lugares: los mercados anglosajones. Los países que están especulando con el euro han ido a por España porque era el eslabón más débil».
Como señala la investigadora María Morán en el análisis publicado por el think-tank español, no es la primera vez que «The Economist» recurre a este símbolo. En un especial publicado en 2008 ya aparecía un toro con las patas delanteras dobladas, en un gesto de debilidad.
«Para el periódico francés ‘Courrier’ -explica el texto de Morán-, la verdadera imagen de España es la de que se ha convertido en el enfermo de Europa». En esta ocasión se vislumbra la silueta del toro de Osborne, pero dentro esconde otro esquelético y débil: «El toro del milagro ‘aznariano’ y ‘zapateriano’ escondía un bicho escuálido que a duras penas se sostiene ya en pie».
La investigadora subraya el carácter «recalcitrante» de los estereotipos: «Lo queramos o no, medios y públicos de países avanzados siguen viendo a España como un plaza de toros, y recurren sistemáticamente a esta iconografía para acompañar a sus argumentos».
Un ejemplo más: el diario uruguayo «El Observador». En una portada publicada en septiembre titulaba: «Rescaten a España». De fondo lucía la bandera rojigualda y el esqueleto de un toro. Ni famélico ni con banderillas: un esqueleto. «La deuda pública jaquea el país ibérico, que se encamina a pedir un rescate financiero a la UE», añadía la información.
Los reportajes fotográficos también han recurrido a esta imagen. En una de las fotografías que publicó el estadounidense «The New York Times» se apreciaba un toro de Osborne de fondo, entre un paisaje de edificios sin construir. En definitiva, «a toro flaco todo se le vuelven pulgas».
Pero «el icono del toro también ha sido utilizado profusamente» para contrarrestar este uso, concluye María Morán. No solo en España, también en el extranjero. Un reportaje del alemán «Frankfurter Allgemeine Zeitung» favorable con la evolución de la economía española iba ilustrado por un animal «cuya silueta se presenta desafiante frente al horizonte, delante de un sol incipiente».
JGM
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