Un nacionalismo mal entendido se escuda en cualquier pretexto, en este caso el antitaurino, para llevarse por delante las corridas de toros. Todo por creer que éstas son la representación del nacionalismo español.
Cualquier argumento sobra. Esto es lo que le espera al pueblo vasco cuando, esta gente, se haga con el poder total: la depuración.
Siempre encontrarán algún argumento para conseguir sus fines.
¿Y la libertad? Pues vayan a buscarla a algún cementerio...
Seguramente oiremos a los políticos, de un signo o de otro, lanzarse, con su bla, bla, a marear la cuestión. Y los mismos taurinos, los iluminados e ilusos, que de todo hay en la viña del Señor, con sus lamentaciones, pedirán un muro para ir a llorar por su Granada particular.
¿Pero qué estáis haciendo, si vosotros sois los principales en cargaros la fiesta taurina. Vuestra avaricia no tiene fin. En vez de difundir y fomentar en las nuevas generaciones el mundo, riquísimo cultural y artísticamente hablando de los toros, os lanzasteis ávidos por el dinero.
Ahora después de una generación que ha crecido si saber qué es una corrida de toros, que se ha alimentado de documentales y programas ñoños sobre la Naturaleza, ahora os lamentáis. ¡Pues a buenas horas mangas verdes!
Yo sólo veo a algunos toreros y algunos profesionales de la información que se han concienciado y hacen una labor pro fiesta y también a algún político, todo hay que reconocerlo.
Los demás estamentos, sobre todo los taurinos, todavía no son verdaderamente conscientes que esto es más serio de lo que parece y ven como anécdotas lo de Donosti y lo de Cataluña.
Bueno, que sigan durmiendo su sueño, ya despertarán, pero seguro que de mala forma.
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